Cómo quitar el hipo en recién nacidos
El hipo en recién nacidos es una situación muy frecuente que puede parecer graciosa al principio, y casi de inmediato causar mucha ansiedad en los jóvenes padres.
Después del embarazo y el parto se siente, y con razón, que estamos ante una gran responsabilidad en todo momento con este ser recién nacido, tan frágil y delicado.
Los episodios de hipo en un bebé son normales y están relacionados con la inmadurez del sistema nervioso, que puede originar contracciones involuntarias del diafragma, y generar el clásico y desesperante sonido del hipo.
Hay quienes atribuyen el hipo de los bebés a una manera que tiene el cuerpo de eliminar el exceso de aire en el estómago, y hay quienes lo atribuyen al alimento en exceso, o a que el bebé traga demasiado aire cuando está comiendo.
Sin importar cuál sea la razón, para los padres es fundamental saber cómo evitar en lo posible, y cómo quitar el hipo en recién nacidos cuando este se presente.
¿Es peligroso el hipo en recién nacidos?
Si el hipo ocurre con demasiada frecuencia, podría tratarse de un síntoma de alguna clase de trastorno que podría necesitar revisión médica, como el reflujo gastroesofágico, o de una enfermedad aún más rara, el hipo crónico.
Pero habitualmente se trata de una situación normal en los recién nacidos, que a menudo afecta más a los padres que a los bebés. No es ni peligroso ni perjudicial para el bebé, pero puede ser molesto para ellos, de la misma manera que es desagradable para los adultos.
Si es tu primer embarazo y no tuviste hermanitos pequeños, es posible que los episodios de hipo en el bebé te inquieten mucho, aunque normalmente solo hay que esperar un poco a que se les pase naturalmente.
Cómo quitar el hipo en recién nacidos
Una manera de prevenir un ataque de hipo antes de que se presente es hacer pausas cuando lo estés alimentando, ponerlo en el hombro y dar palmaditas en la espalda hasta que eructe. De esta manera, libera el exceso de aire en el estómago.
Otro recurso utilizado por madres experimentadas es el chupete. Dar el chupete al bebé puede contribuir a relajar el diafragma y detener el ataque de hipo.
También puedes frotar suavemente su espalda, cargarlo y mecerlo para ayudarlo a relajarse y para que el acceso de hipo pase más rápido.
Cuando el hipo va combinado con el llanto, lo más aconsejable es calmarlo; es probable que el hipo haya sido consecuencia de la rabieta, y que este pase poco después de dejar de llorar.
Otra situación que puede derivar en un episodio de hipo es tratar de darle de comer cuando está llorando con mucha intensidad. Es preferible calmarlo un poco antes de empezar a alimentarlo.
Evita los remedios caseros y populares, como poner un algodón mojado en alcohol en la frente del bebé (¿qué sentido tiene eso?), darle agua boca abajo o tratar de asustarlo. Algunos de estos consejos pueden ser incluso contraproducentes.
Si tienes dudas o te parece que los ataques de hipo duran demasiado tiempo, consulta de inmediato con tu pediatra.
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